Lo de antes y lo de ahora

Creo que los inicios, comienzos y demás sinónimos son difíciles, al menos para mí: me cuesta saber por dónde entrarle, cómo romper la “tensión”. Aunque esto no significa que no lo disfrute. Por el contrario. Esa incertidumbre que trae el comienzo y lo nuevo puede ser sin duda un gran placer… creo. Pero, de nuevo, todo ello no implica saber cómo empezar algo: una plática, el primer día en una nueva escuela o un nuevo trabajo, no se diga el ligue y claro, el inicio de un escrito como éste.

Después de mi intento de presentación e inicio de esta divagación, trataré de contar lo que traigo en mente. Me he dado cuenta de que muchos de mis amigos, cuates, conocidos, compañeros de trabajo, etc. que se encuentran como yo en los 20s, sufrimos de algo que yo llamo el síndrome del “viejo en los 20s”.  

Explicaré a qué me refiero con el síndrome del “viejo en los 20s”.  Como lo da a entender el nombre se refiere a cierto efecto nostálgico, lejano del “todo pasado fue mejor”; pero cerca del “ya soy un adulto y arrastro un poco la adolescencia tardía”. Es un poco el efecto de saber y no sólo sospechar que “el mundo real apesta”.

Es un hecho que por lo menos a muchas de las personas con quienes convivo regularmente, al igual que a mi, estamos afectados por este síndrome. El síntoma más común es el recordar la infancia o la adolescencia. Comenzar una plática con el consabido “Te acuerdas…”. Y a partir de eso, va de todo: programas de televisión, caricaturas como Los Thundercats,  personajes específicos de éstas, dulces como las abejitas de sonrics (las cuales, por cierto, desaparecieron por alguna razón que tal vez sea mejor desconocer, ya que puede estar directamente relacionadas con nuestra salud y quién sabe si nos volveremos radioactivos por comerlas), un grupo musical o canción que nos gustaba y de la cual ahora nos apenamos y dejamos de admitir no sólo que la disfrutábamos, sino que realmente éramos fans;

en mi caso ya puedo hablar abiertamente, que si... me gustaba mucho MC Hammer y durante mucho tiempo me daba pena admitir esto, de hecho llego a pensar que de no ser por esto, no me gustaría mucha de la música que ahora escucho... de no ser por MC Hammer, talvez no conocería a los Beatie Boys, Jay-Z, Kanye West, N.W.A., The Roots, Control Machete, etc. Pero regresando al mentando "Te acuerdas de..." este puede ser también sobre algún juguete (o uno que intentó pasar como tal), uno novedoso que todos queríamos y que a veces tuvimos, por ejemplo:

1.- Tazos

2.- Pepsilindros

3.- Cajitas Sonrics

4.- Vasos que cambiaban de color con el calor o frío (cuyo nombre he olvidado)

5.- Aviones de unicel que venían en sobres

6.- Trompo y Yoyo (porque habían temporadas en las cuales se ponían de moda)

y como esto hay muchas más cosas o tópicos, como marcas, productos (especialmente dulces o algún tipo de bebida/refresco/no-sé-qué-es pero cómo gustaba) ropa, personajes famosos del tipo G.C., El Ecoloco, El Tío Gamboin, Chiquidracula (el modelo del actual árbitro), etc.

El punto es que cada vez que algunos de estos temas sale como síntoma inequívoco del síndrome, crea una sensación de alegría simple y real que a veces ya no conseguimos tan fácil. No se mal entienda esto como un el pasado era mejor, al contrario, sólo un tipo de felicidad que ya no se puede tener tan fácil, y que hemos cambiado por otras, que no son ni mejores ni peores, sólo son. Este sentimiento de nostalgia de “viejo a los 20s” es algo que he notado mucho últimamente y creo sólo significa que ya somos adultos, y queramos o no cada vez más usaremos el “te acuerdas de…”, lo cual hizo que me viniera a la mente un corto de Adam Elliot llamado “Harvie Krumpet” el cual termina con una frase que va algo así: La vida es como un cigarro, fúmala hasta la colilla, que queriendolo o no, también parece albur… pero es una frase muy cierta, por cursi que suene y sea.

Al final esto es la vida a la Universal Stereo.

(Editado y más por Juan.)